Uso del Test de Lüscher en la Clínica.

Actualmente, existen diversos test empleados en el ámbito de la psicología clínica para realizar posibles diagnósticos y/o para obtener resultados sobre el funcionamiento cognitivo, afectivo y social de los evaluados, siendo uno de ellos el test de Lüscher o test de los colores. Max Lüscher, creador del test, se basó en el efecto psicofisiológico de los efectos y del significado que cada uno de ellos tiene. También, el test toma como fundamento la Psicología Funcional, dado que el test se centra en la naturaleza de la elección cromática y su relación con la personalidad individual y el equilibrio emocional en un momento determinado. Es por ello que la interpretación del test es de suma relevancia y se requiere que su aplicación y su interpretación sea realizada por una persona con la formación suficiente y los conocimientos requeridos.

El test de Lüscher cuenta con dos formatos de aplicación; el test abreviado o test de los 8 colores, y el test completo o Gran Lüscher, que es el que se usa preferentemente. La versión original del test incluía 8 colores, pero su utilidad en el ámbito clínico fue tan significativa, que el test se expandió hasta convertirse en una de las herramientas psicométricas más utilizadas, motivo por el cual se desarrolló la versión completa o denominada Gran Lüscher. Esta versión incluye la lámina del gris, la lámina de los 8 colores, la lámina de las formas, la lámina de los 4 colores fundamentales, la lámina de las variaciones del azul, lámina de las variaciones del rojo, lámina de las variaciones del amarillo y lámina de las variaciones del verde. Además, incluye finalmente una segunda aplicación de la lámina de los 8 colores.

Uso del Test de Lüscher en la Clínica

En el ámbito clínico, el test es empleado para obtener mayor información respecto a la personalidad del evaluado, es decir, sobre su funcionamiento cognitivo, sobre control de impulsos, su afectividad, sus relaciones sociales, sus habilidades blandas, entre otros aspectos. Esta información se obtiene mediante las preferencias en las elecciones de cada persona, dado que cada figura y cada color tienen un significado distinto, por lo que se espera que cada individuo señale el color que más armoniza con su estado de ánimo. Asimismo, dado que existen muchas combinaciones entre las 8 tarjetas de colores, cada combinación de colores posee un significado distinto que puede otorgar mucha información respecto a las características individuales.

Este test de los colores ha sido bastante considerado en el ámbito clínico al igual que dentro de instituciones penitenciarias. Es más, en un estudio realizado por Carolina Durán y Susana Pavié, se empleó el test de Lüscher junto a una entrevista estructurada con el objetivo de evaluar y comparar las variables sociocriminológicas en sujetos condenados por crímenes y simples delitos. En base a los análisis de 120 entrevistados, los resultados reflejan que en base a las variables del test de Lüscher se puede observar que la mayoría de los entrevistados presenta un bajo nivel de empatía (70.8%), autoestima disminuida (53.3%) y un control de impulsos inadecuado (50.8%). Asimismo, se refleja una tendencia a la extroversión en la mayoría de los entrevistados (77.5%), indicando que existe una disposición a dirigirse hacia el exterior.

Otro estudio exploratorio realizado por Sisto, Pacheco, Guerrero y Urquijo en torno a la tensión y la ansiedad en los rasgos de personalidad es otro de los grandes aportes a la psicología clínica. En este estudio participaron 343 estudiantes de entre 5 y 11 años utilizando diversos instrumentos, siendo uno de ellos el Test de Lüscher. El test de los colores contribuyó bastante a determinar los resultados, dado que mediante el mismo se concluyó que las medias fueron bastante bajas, es decir, la mayoría de las personas estudiadas presentaron niveles de ansiedad y de tensión bajos o ausentes. En consecuencia, el Test de Lüscher posibilita una alternativa para obtener los niveles de tensión y de ansiedad en niños, sin dejar de lado que siempre la mejor opción es complementar un test proyectivo con entrevistas y alguna otra batería.

Sin embargo, considerando que el test de Lüscher es una prueba proyectiva, comparte críticas similares a las del resto de las pruebas proyectivas aplicadas en este ámbito. Una de ellas es la crítica en torno a la subjetividad inherente a las pruebas proyectivas, que deben ser tomadas en consideración por el evaluador y tener la capacidad de ser dejada de lado. Asimismo, comparte los cuestionamientos en relación a la validez y confiabilidad en su aplicación, ya que según Susana Sneiderman, se esperaría que este tipo de pruebas cumpla algunos requisitos propios de modelos cuantitativos, por lo que se recomendaría realizar un proceso de triangulación para otorgar mayor validez a este test.

 

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Autor Artículo 

María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile –  Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.

 


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