Trastorno Límite de la personalidad
Tal como en la época de Freud existía un trastorno predominante, la histeria, en la actualidad el trastorno más prevalente se considera ser el trastorno límite de la personalidad, también denominado borderline. Los síntomas de las personas borderline son, escencialmente, una sensación crónica de vacío, la inestabilidad afectiva, el pensamiento dicotómico, episodios constantes de impulsividad en algunas áreas y dificultades para estar solo debido al miedo al abandono. Sin embargo, siempre debe considerarse que no todo los individuos con este trastorno presentarán los mismos síntomas ni las mismas características.
El término borderline surge en la década de los 30s con Stern, y no con la publicación del DSM-III como se pensaba, sino que se describió por primera vez en el año 1938 para explicarlo como un término medio entre lo que es la neurosis y la psicosis. No obstante, existe una distinción entre lo que es la organización borderline de la personalidad y lo que es la formulación descriptiva del trastorno límite, siendo modelos teóricos diferentes pero compatibles.
Es así como la organización borderline de la personalidad corresponde a un modelo psicodinámico en el que se incluyen distintos trastornos de la personalidad, tales como: narcisista, esquizoide, infantil, entre otros. Mientras que el síndrome borderline es el abordaje mantenido por la nosología norteamericana, y establece que se han de cumplir sólo cinco de los nueve criterios establecidos para que el individuo sea considerado borderline, según el DSM.
Según estudios sobre las variables genéticos del trastorno, en individuos que han sufrido algún tipo de trauma psicológico o social, se producen cambios en algunas áreas del cerebro debido a los mecanismos propios de su neuroplasticidad. Dichas áreas, que a su vez están involucradas en los procesos cognitivos, afectivos y sociales se puede entender algunas manifestaciones propias del trastorno borderline de la personalidad. Por ejemplo, Fonagy es uno de los autores principales de estas investigaciones, y sus conclusiones apuntan a una falla en el proceso de mentalización de personas que han sido víctimas de eventos traumáticos, lo cual influye en la interpretación que posteriormente los individuos realizan sobre las intenciones de los otros, siendo esta una característica subyacente de las personas con personalidad borderline.
En un estudio realizado por Ruocco y Cols en el que se estudiaron a más de 200 pacientes con este trastorno, se concluyó que el hallazgo predominante era encontrar disminuido el volumen de la amígdala y el hipocampo, lo cual es un endofenotipo probable para este trastorno. Sin embargo, no existen estudios longitudinales suficientes basados en neuro imágenes para concluir la patogénesis de este trastorno.
Lo importante al considerar este trastorno es que el tratamiento debe ser integral, idealmente bajo un tratamiento psicofarmacológico cuando sea considerado necesario, junto con un tratamiento psicoterapéutico (el cual cuenta con altos niveles de eficacia). Además, otro aspecto importante a tener en cuenta sobre el trastorno límite es la comorbilidad que este presenta con otros trastornos, siendo los más frecuentes los trastornos de la esfera afectiva, particularmente la depresión mayor.
Autor Artículo
María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile – Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.
Referencia
http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v30n2/05.pdf
http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v37n132/0211-5735-raen-37-132-0399.pdf