Test MMPI, Correlación con otros Test.
El MMPI-2 (Inventario Multifasético de Personalidad de Minnesota) es un instrumento de evaluación y medición psicológica autoadministrable, el cual es uno de los test de personalidad más usados en el campo de la salud mental, es eficaz en lo que es la valoración de aspectos descriptivos de la personalidad y su diseño está abocado a la identificación del perfil de personalidad y en la detección de psicopatologías. Es por esto, que esta prueba en el ámbito de la psicología forense es bastante utilizada, sobre todo para la evaluación de la simulación y la defensividad, ya que el profesional se confronta habitualmente con la posibilidad de simulación por parte del examinado y por lo tanto marca una diferencia con la práctica clínica. Sin embargo, los resultados que se obtienen del MMPI-2 cobran mayor relevancia si se correlacionan con los datos recopilados por otras pruebas o técnicas, tales como con el Test de Rorshach, el Cuestionario Desiderativo, y con Técnicas Proyectivas Gráficas.
Así como el MMPI-2 es utilizado en el ámbito forense para detectar simulaciones, el Test de Rorschach sirve para detectar las funciones subyacentes que generan una determinada respuesta proyectiva en el sujeto; por lo cual resulta difícil que pueda ser falseada la respuesta. En el ámbito forense, son cuatro los principales alcances del Test de Rorschach, difíciles de obtener por medio de otra técnica por sí sola, y que pueden ser altamente apreciados por parte de los jueces y abogados dentro de un juzgado. En primer lugar, el Rorschach nos brinda índices cuantitativos, lo cual contribuye a evitar las impresiones subjetivas y tener pruebas fiables de aquello que se está apuntando en el sujeto. En segundo lugar, el Rorschach constituye un elemento de medición indirecto, donde en lugar de realizar preguntas directas al encuestado, se evalúan tales de modo indirecto, por lo cual lo que da la pauta del verdadero sufrimiento, o no, del sujeto son sus reproducciones verbales. Cuando nos referimos a la simulación, el test de Rorschach constituye una herramienta esencial para detectarla porque es un test proyectivo, es relativamente inestructurado. Debido a que no hay mucha estructura, la gente tiene muy poca posibilidad de saber qué va a implicar cada respuesta, resultando una combinación idónea de aplicar en conjunto con el MMPI para obtener mayor información.
El cuestionario desiderativo es una técnica muy útil para saber sobre las estructuras del ser humano, refleja de manera excelente las funciones de las mismas como así también su relación, sus conflictos y sus déficits. A través del cuestionario desiderativo nos informamos sobre la imagen corporal del sujeto, su identidad sexual, sus identificaciones, sobre las fantasías de relación de objeto, su autoestima, el uso de sus funciones yoicas, su narcisismo, etc. Mucho es lo que podemos observar a partir de esta técnica que es de gran utilidad para la realización de recurrencias y convergencias inter e intratest. Muchas veces se opta por la administración de técnicas proyectivas gráficas ya que no siempre las personas están en condiciones de decir aquello que sienten o viven de modo oral, ya sea por un shock post- traumático o los niveles de tensión y angustia que la problemática le generan, también en casos en los que por psicopatología se ven imposibilitados de expresarlo.
En base a la psicopatía, el MMPI se correlaciona con la Hare PCL-R. En una línea de investigación argentina reciente se evaluó la confiabilidad de la versión argentina de la Hare PCL-R y diversos aspectos de validez; además, se produjo el primer estudio normativo en población forense. Diversos estudios similares previos han señalado algunos problemas y, en general, una débil, aunque consistente, relación entre las subescalas relacionadas con psicopatía y los procedimientos clínico-conductuales de evaluación. Las subescalas del MMPI que se consideran más relacionadas con el constructo de la psicopatía nuclear de la PCL-R son las destinadas a evaluar el desvío psicopático y la hipomanía y también las escalas suplementarias que evalúan antisocialidad y cinismo. Por el contrario, teóricamente es esperable ausencia de correlación o correlación negativa con la “tríada neurótica” – escalas de hipocondriasis, depresión e histeria-, con la tríada psicótica – escalas de paranoia, psicastenia y esquizofrenia- y con la escala de introversión social.
La utilización clínica de la PCL-R y del MMPI conjuntamente abren una heurística interesante. El clínico, al estudiar el caso, puede relacionar la información obtenida con ambos instrumentos y encontrarla complementaria. Mientras el sujeto evaluado haya respondido con mediana honestidad y sin demasiada influencia de la deseabilidad social el cuestionario, el clínico encontrará congruentes los resultados con su evaluación clínico conductual mediante la PCL-R. Esta confluencia de información permite mayor solidez a la hora de argumentar sobre el diagnóstico, el pronóstico y la planificación terapéutica. Si, por el contrario, el evaluado respondió distorsionando la verdad y presentando, por ejemplo, un perfil marcadamente defensivo, el clínico notará que ese perfil resulta, en principio, contradictorio con la evaluación clínico conductual. Ante esa falta de congruencia de los resultados, el clínico queda alertado para proseguir el estudio intentando obtener mayor información que permita hacer el diagnóstico diferencial, y paradójicamente, incorpora un nuevo dato que puede estar sustentando la identificación del patrón típico: mentiras y manipulación.
Referencias
https://www.alcmeon.com.ar/13/50/4_folino.htm
https://racimo.usal.edu.ar/4486/1/148-632-1-PB.pdf
Autor Artículo
María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile – Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.
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