Síntomas y Tratamiento Trastorno Obsesivo Compulsivo.

 

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad que presenta una prevalencia global de 2,5% según el DSM-IV-R y algunos autores arrojan datos del 3% de prevalencia actualmente, según un artículo publicado por Daniel Navarro Bayón. Según un artículo realizado por Antonio Lozano-Vargas, el TOC causa una gran disfuncionalidad y existe una alta comorbilidad entre este trastorno y los trastornos del espectro ansioso.

 

Las personas que padecen este trastorno destacan pensamientos, imágenes, sentimientos o impulsos que generan malestar y angustia, reconociéndolos como fenómenos irracionales o infundados, pero pese a aquello, se sienten incapaces de tomar distancia de ellos. Esto conlleva a que se ocupen recurrentemente de su obsesión, desarrollando actos compulsivos, complejos o simples, que causan esta gran disfuncionalidad.

El TOC se caracteriza por las obsesiones y/o compulsiones recurrentes que generan un malestar en las personas que padecen este trastorno. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos que se experimentan como intrusos y provocan ansiedad o malestar. Las compulsiones son comportamientos o actitudes mentales en donde quienes lo padecen se ven en la obligación de emitir alguna respuesta hacia aquella obsesión, logrando así una sensación de alivio con respecto a dicha compulsión. Las compulsiones pueden ser tanto observables como no observables, es decir, pueden las compulsiones observables pueden ser rituales de lavado, conductas de comprobación o evitaciones, mientras que las compulsiones no observables son actos mentales como rezar, repetir palabras o contar.

 

La literatura médica sugiere que la edad de inicio de este trastorno suele tener su primer peak entre los 12-14 años y su segundo peak entre los 20-22 años. Una vez que el TOC es diagnosticado, suele ser crónico, con altibajos en su evolución. Asimismo, es común que el TOC sea comórbido con la depresión mayor, dado que dos tercios de los pacientes diagnosticados con TOC tienen una depresión mayor después del comienzo del trastorno. Otros trastornos ansiosos también tienen una prevalencia incrementada, por lo que se recomienda la ayuda profesional lo más pronto que aparezcan los síntomas y signos relacionados con el TOC en pro de prevenir que el trastorno empeore y que genere algún tipo de impedimento en las actividades de la vida diaria.

 

En un artículo publicado por L. Leal Carcedo y A. Cano Vindel sobre el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo desde nuevas perspectivas cognitivas, se demuestra la eficacia del tratamiento cognitivo-conductual para reducir la frecuencia de las obsesiones y para remitir totalmente las compulsiones. El caso presentado fue el de un varón de 27 años que cumplía los criterios diagnósticos para el TOC, y el objetivo de la terapia fue reducir la frecuencia y la intensidad de la sintomatología obsesivo-compulsiva, como también de aumentar la sensación de control sobre los pensamientos intrusos y la reducción de la medicación. Los cambios positivos logrados a través del tratamiento cognitivo-conductual, según los autores, se mantuvieron durante el seguimiento que se realizó a los participantes del estudio a los 12 meses, por lo que se concluye que la terapia cognitiva podría tener un efecto profiláctico de cara a la prevención de caídas.

 

Los mismos autores destacan que el Tratamiento Bien Establecido para el TOC incluye la terapia psicológica basada en la Exposición con Prevención de Respuesta (ERP) como también el uso de inhibidores de la recaptación de serotonina. La ERP se basa en la teoría del aprendizaje, dado que establece que las obsesiones provocan ansiedad y angustia, mientras que las compulsiones o rituales mantienen los síntomas. La intervención con personas TOC desde este ámbito se basa en: exponer a los pacientes a los estímulos asociados a sus obsesiones, impedir que los pacientes realicen conductas de evitación o neutralización, y favorecer la gestión de la ansiedad y las emociones asociadas a las obsesiones. Esta terapia finalmente ayudaría a las personas a crear una nueva relación con sus pensamientos obsesivos y con su sentimiento de ansiedad.

 

Sin embargo, según Daniel Navarro Bayón, existe una carencia de investigaciones de distintas disciplinas que podrían ser entrelazadas y combinadas para avanzar en el abordaje terapéutico del trastorno. Es por ello que el terapeuta tendrá que buscar la mejor combinación de técnicas que facilitarán la intervención de los pacientes, dado que, según las evidencias, cierto tipo de combinaciones en los tratamientos pueden generar una gran mejoría en las personas. En una investigación de O’Connor et al. (1999) citada en el artículo de Daniel Navarro, se encontró que al introducir la terapia cognitivo conductual luego de un período de administración de fármacos, se producen mejoras mucho más evidentes que al realizar ambos tratamientos simultáneamente.

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Referencias

http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352014000400006

http://www.scielo.org.pe/pdf/rnp/v80n1/a06v80n1.pdf

https://www.redalyc.org/pdf/806/80632303.pdf

 

Autor Artículo 

María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile –  Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.

 


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