Síntomas y Tratamiento del Trastorno de Estrés Postraumático.

 

Antes de hablar acerca de la sintomatología que caracteriza un Trastorno de estrés postraumático, es importante mencionar qué es un trastorno de este tipo. De acuerdo a Ojeda y García (2011), el término trastorno por estrés postraumático (TEPT), fue empleado por primera vez en la clasificación norteamericana DSM-III, bajo la influencia de la presión social desencadenada por las severas alteraciones psiquiátricas presentadas por los veteranos de la guerra de Vietnam. Lo anterior no significa que la caracterización de este cuadro fue descrita por primera vez en ese entonces. López-García y López-Soler (2011) describen al TEPT como un trastorno de ansiedad que ocurre ante la exposición a un evento o situación traumática caracterizada por los criterios diagnósticos presentes en el Diagnostic and Stastistical Manual of Mental Disorders (DSM-V), los cuales se mencionarán más adelante.

 

Carbonell (2002) señala que el TEPT se configura como una reacción emocional intensa ante un suceso experimentado como traumático y que significa una experiencia traumática para la persona que lo presencia, y que puede ocurrir por eventos como los desastres naturales, las guerras, accidentes automovilísticos y actos de violencia, situaciones que son entendidas como una discontinuidad súbita y extrema en la vida de la persona. Los acontecimientos como los mencionados anteriormente alteran los procesos emocionales, cognitivos y volitivos, produciendo un quiebre en la experiencia de la persona que es difícil de integrar en la conciencia personal. Sin embargo, se identifican dos factores que influyen en la aparición de este trastorno: el grado y proporción del trauma, y las características propias del individuo (los antecedentes familiares presentan comorbilidad con este trastorno). Es importante mencionar que las reacciones que puedan desprenderse son variadas y pueden ser transitorias, en cambio para otras personas las consecuencias pueden ser a largo plazo. En población infantil, la experiencia traumática, puede desencadenarse por conflictos bélicos, enfermedades, duelos, maltrato infantil, exposición a violencia de género, accidentes o desastres naturales, entre otros.

Síntomas y Tratamiento del Trastorno de Estrés Postraumático

El TEPT representaría entonces una anormalidad en la cual muchos mecanismos psicofisiológicos que promueven el efectivo enfrentamiento y adaptación ante los eventos y sucesos traumáticos son sobrepasados por el estrés catastrófico, es por eso que las personas con TEPT, tienden a enfrentar y a visualizar el mundo como si este fuese peligroso, por lo que pierden su habilidad para modificar su conducta de modo adaptativo en respuesta a las contingencias medioambientales. El factor crítico entonces puede no ser el suceso traumático en sí mismo, sino la capacidad individual de las personas para modular la respuesta de estrés y restaurar la homeostasis psicológica y biológica.

 

En base a la sintomatología presentada en un TEPT, a continuación de mostrarán a modo global y general los criterios diagnósticos presentados por el Diagnostic and Stastistical Manual of Mental Disorders (DSM-V). Los criterios siguientes se aplican a adultos, adolescentes y niños mayores de 6 años: exposición a la muerte, lesión grave o violencia sexual, ya sea real o amenaza; presencia de uno o más de los síntomas de intrusión asociados al suceso traumático que comienza después del suceso (recuerdos angustiosos y recurrentes, sueños angustiosos, reacciones disociativas, malestar psicológico intenso al exponerse a factores que simbolizan el suceso, entre otros). Evitación persistente de estímulos asociados al suceso traumático, alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo asociadas al suceso traumático que empeoran después del suceso traumático, entre otros. Asimismo, se observa una alteración relevante de la alerta y reactividad asociada al suceso traumático; comportamiento irritable y arrebatos de furia expresados típicamente como agresión verbal o física contra personas u objetos, hipervigilancia, entre otros. Otros criterios diagnósticos son: la duración de la alteración (Criterios B, C, D y E) es superior a un mes, la alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral y otras áreas importantes del funcionamiento. Y finalmente, la alteración no se puede atribuir a efectos fisiológicos de una sustancia o a otra afección médica.

 

Como modalidades terapéuticas al TEPT se menciona la Psicoeducación, el tratamiento de la ansiedad; Terapia cognitiva (terapia de exposición); Terapia psicodinámica (individual o grupal); y la Farmacoterapia. En relación al tratamiento psicológico del TEPT, Carbonell señala que los objetivos específicos se relacionan con la elaboración y resignificación del acontecimiento traumático, además del aprendizaje y refuerzos de las habilidades y recursos personales. Se debe establecer un vínculo en terapia que favorezca un clima que le entregue seguridad a la persona, en donde el apoyo y la contención emocional sean elementos esenciales que apoyen el trabajo terapéutico. Constituye una tarea del quehacer clínico preparar el trabajo con el paciente en lo que se refiere a la expresión, manejo y control de la intensidad de las emociones evocadas por la situación traumática. En cuanto a la Psicoeducación, es importante llevarla a acabo debido a que en general los pacientes con TEPT se sienten confundidos por sus síntomas y por esto la información y la educación es parte esencial en el tratamiento, ya que mediante la clarificación de los síntomas se desarrolla una estructura cognitiva, que permite al paciente percibir las experiencias con mayor entendimiento. Lo anterior entrega una sensación de control sobre los síntomas.

 

En cuanto al tratamiento farmacológico, Castro, Campos y López (2003) mencionan que en la actualidad existen dos escuelas principales, para una de ellas el tratamiento farmacológico (el cual indica que alrededor del 70% de los pacientes muestran un beneficio de moderado a marcado) se entiende como un agente coadyuvante del tratamiento psicológico que facilita la aplicación de las técnicas psicológicas, para la otra, representa el tratamiento indicado para las alteraciones biológicas que subyacen al trastorno.

Autor Artículo 

María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile –  Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.

 


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