Recomendaciones para emprender e innovar en Pandemia
La llegada del COVID-19 a nuestro país ha provocado un aumento en las cifras del desempleo y así mismo en la incertidumbre respecto al futuro laboral de las personas, ya que en la actualidad las cifras del desempleo son las más altas alcanzadas en los últimos años. Por el mismo motivo, muchos han optado por crear emprendimientos o alguna innovación para de esta forma generar un sustento económico fiable. Pero a la hora de plantearnos este desafío, debemos ser conscientes sobre los aspectos básicos y fundamentales del negocio que se quiere emprender y de sus características.
Es importante tener en cuenta que para emprender e innovar en un país, la administración pública y los gobiernos cumplen un papel fundamental, puesto que el entorno regulatorio tiene una influencia en la forma en que las empresas aprovechan las oportunidades de negocio. En Chile, en los últimos años se han aprobado dos leyes para impulsar y facilitar el emprendimiento; una es la Ley 20.494 que tiene como objetivo agilizar los trámites para el inicio de actividades de nuevas empresas, y la Ley 20.659, la cual busca simplificar el régimen de constitución, modificación y disolución de sociedades comerciales. Sin embargo, muchas personas desconocen los trámites, derechos y deberes sobre los temas relacionados al emprender.
Según el Manual para Emprender en Chile, antes de iniciar un emprendimiento es necesario conocer el mercado, el cual permite conocer la oferta y la demanda en un territorio, como también las preferencias de los clientes y consumidores. En segundo lugar, se debe desarrollar un modelo de negocios, definiendo cómo atraer clientes y generar beneficios, entre otras cosas. Si se cuenta con ambas cosas, es recomendable informarse sobre los programas de apoyo al emprendimiento que ofrecen las distintas instituciones gubernamentales, tales como: FOSIS, SERCOTEC y CORFO. Es importante también conocer las denominadas incubadoras, ya que algunas de estas sólo trabajan con emprendimientos en rubros específicos. Posteriormente, se debe contar con un plan de negocios en pro de evaluar el potencial del emprendimiento.
Luego de contar con las bases para emprender, el foco estará puesto en formalizar el emprendimiento. En primer lugar, se debe conocer las figuras legales para tomar la decisión, la cual dependerá del modelo de negocios escogido. Luego, es necesario seguir los pasos para constituir una empresa (E.I.R.L o Sociedad) y tener en cuenta la escritura pública y el extracto, la protocolización, la iniciación de actividades en Servicio de Impuestos Internos, entre otras. La propuesta denominada Empresa en un día es una iniciativa del gobierno para iniciar la empresa en un solo trámite y a costo cero, en la que se realiza los trámites a través del sistema electrónico. Finalmente, y tras cumplir con los pasos anteriores, se debe contar con los permisos y certificados necesarios, dependiendo del rubro y de la forma legal del emprendimiento.
En relación a la innovación, esta requiere de personas creativas y con iniciativa, pero en un contexto adecuado y con la oportunidad brindada casi cualquier ciudadano puede originar una idea creativa. Por ejemplo, muchas empresas en la actualidad están enfocadas en la cadena de valor y dependen de la colaboración con otras empresas para generar innovación. Pese a que el gobierno y la cultura juegan un rol fundamental en el proceso de emprendimiento e innovación, la fundación de la Innovación Bankinter resalta que el protagonista principal al emprender, es la persona misma. En este ámbito, destacan que la iniciativa y la capacidad de poner en práctica las ideas es lo que define a una persona emprendedora, lo cual se consigue mediante la motivación adecuada.
Dentro de los muchos motivos que pueden existir para emprender, los expertos agrupan los motivos en dos grandes grupos; en primer lugar, el deseo, el hambre o la necesidad de supervivencia, en donde emprender se convierte en una opción para solucionar una problemática. El segundo procede de la competitividad, ya que una vez cubierto cierto nivel de bienestar, algunas personas sienten el afán de superación personal que les genera el afán para seguir innovando. Sin embargo, ambos motivos para innovar no resultan suficientes sin la adecuada infraestructura, la cual varía según el país.
Además del rol fundamental de las instituciones gubernamentales, de las características de cada persona y del contexto, las instituciones educativas cumplen un rol fundamental en generar una cultura que fomente y desarrolle las habilidades y las competencias en jóvenes. Durante el desarrollo escolar de los jóvenes es cuando se debiese generar un enfoque basado en la creatividad, modificando el sistema de educación tradicional en el que a los jóvenes se les educa en un sistema que estigmatiza los errores. Así mismo, para educar a jóvenes emprendedores se debiese empezar por educar a profesores emprendedores en sus respectivos centros de educación para que sean ellos los encargados de transmitir el conocimiento óptimo de generación en generación.
Autor Artículo
María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile – Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.
Referencias
https://www.upo.es/upotec/static/upload/files/INNO_3590_FTFXIV_El_arte_de_innovar_y_emprenderv2_.pdf
http://www.innovacion.cl/wp-content/uploads/2013/11/Manual-Para-Emprender.pdf
https://www.accioncontraelhambre.org/sites/default/files/documents/u.d.1_la_persona_emprendedora.pdf