Síndrome de la cabaña: Qué es y cómo abordarlo
Tras meses de encierro debido a la pandemia mundial que nos ha afectado, lentamente comienzan a haber indicios de que podremos salir nuevamente y quizás dentro de un corto- mediano plazo retomar nuestras actividades rutinarias. Sin embargo, se ha comenzado a hablar de un nuevo síndrome, denominado síndrome de la cabaña. El nombre se debe a que este miedo se caracteriza principalmente por el miedo a salir de la casa, algo similar a lo que les ocurre a personas que han estado privadas de libertad por mucho tiempo y que
luego de retomar dicha libertad optan por mantener el confinamiento.
Pese a que no existen aún estudios relacionados a dicho síndrome, los expertos ya aseguran que una de cada tres personas podría presentar trastornos psicológicos debido al confinamiento, y posiblemente agravar el trastorno si es que ya lo tenía. Este comportamiento es más probable que se presente en personas que previo al confinamiento ya presentaban preocupaciones por temas de salud, en personas con algún tipo de fobia, y especialmente en adultos mayores y niños. Además, uno de los factores de riesgo para desarrollar este síndrome es la soledad, es decir, haber pasado el periodo de confinamiento sin tener contacto con personas puede aumentar la posibilidad de desarrollar el síndrome.
Este miedo se manifiesta en un temor intenso, principalmente al contagio. Por lo mismo evitan el contacto con otras personas, evitan trasladarse mediante el transporte público y tienen miedo de salir a trabajar fuera de su casa. Estas personas sienten seguridad y calma al estar dentro de sus casas, pero el sólo hecho de pensar en tener que salir puede generar todos estos miedos y sensaciones, tales como dificultades para concentrarse, falta de motivación, cansancio, entre otras.
Recomendaciones para enfrentar el Síndrome de la Cabaña
1. Se recomienda que las salidas sean graduales, para poder ir regulando lo que cada persona necesita y cómo.
2. Marcar rutinas y objetivos a corto plazo, es decir, las salidas pueden consistir en realizar algo que nos genere bienestar, al menos en un comienzo.
3. Facilitar el contacto con la naturaleza. Por ejemplo, que los niños al salir puedan jugar con tierra o palos.
4. Respetar las pautas de seguridad e higiene, como mantener la distancia física, lavarse las manos frecuentemente, usar mascarilla.
5. Cuidar nuestro diálogo interno, ya que lo que nos decimos a nosotros mismos puede alimentar los miedos.
6. Evitar reprimir las emociones, ya que en estos tiempos de pandemia es normal tener cierto nivel de miedo y angustia. Lo importante es conversarlo, escucharnos entre nosotros y buscar ayuda cuando sea necesario.
Pese a que el síndrome de la cabaña está siendo aún analizado y se requieren estudios para profundizar en el tema, existen diversas opiniones y todas deben ser escuchadas para obtener una perspectiva más general. Sin embargo, es importante tenerlo en consideración y estar informados respecto a este nuevo síndrome que, sin duda, será tema de conversación y debate dentro de los próximos días.
Autor Artículo
María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile – Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.
Referencia
www.educa.jcyl.es › 1406346-sindrome de la cabana