Test de Zulliger
El test de Zulliger fue creado por Hans Zulliger en 1948, el cual fue desarrollado a pedido del ejército suizo para evaluar a grupos numerosos, dado que Hans Zulliger era la persona a cargo de realizar las evaluaciones a soldados y oficiales de ejército. Para ello, Zulliger realizó en un comienzo una investigación en la que utilizó más de 600 manchas, obteniendo finalmente las 3 láminas que se conocen hoy en día. En la actualidad, el test de Zulliger se utiliza tanto a nivel individual como a nivel grupal, siendo utilizado en ámbitos como el clínico, laboral, judicial, entre otros. El test posee una alta validez y confiabilidad, en dónde los manuales y las investigaciones han aportado al momento de realizar interpretaciones sobre el test.
El test de Zulliger, también conocido como el Z-test, tiene como objetivo principal conocer la personalidad y las características de la persona evaluada en base a una forma sencilla pero eficaz, como también para detectar a personas con patologías. Este test mantiene los aspectos proyectivos del test de Rorschach. Sin embargo, pese a que ambos comparten una descripción amplia de la personalidad patológica, el test de Zulliger no debe considerarse una versión abreviada del Rorschach, dado que cada uno cuenta con características diferentes.
Para la aplicación de la prueba, lo primero que se recomienda, al igual que en la mayoría de las pruebas proyectivas, es establecer el “rapport” con la persona evaluada en pro de reducir las posibles ansiedades y angustias. Se recomienda que se aplique en un espacio tranquilo y sin ruidos para obtener una mayor atención por parte de la persona evaluada. Además, se considera necesario que la persona que aplique el test esté formada en relación a esta técnica para poder administrarlo de manera correcta. Si es una aplicación colectiva, se recomienda mantener una iluminación adecuada, una sala con capacidad aproximada para 30 personas y deben estar en iguales condiciones de visibilidad. La presentación de las láminas se realiza a través de un proyector, y el protocolo de respuesta se denomina “Test de Zulliger Colectivo”, que contiene cada una de las láminas del test.
Las ventajas que presenta el test de Zulliger es su breve duración, ya que suele ser de aproximadamente 30 minutos, a diferencia del test de Rorschach que toma aproximadamente 2 horas. Además, su codificación es también mucho más breve, ya que toma aproximadamente 2 horas, bastante menos si se compara con el proceso de codificación del test de Rorschach. También, se basa en una codificación sencilla otorgada por investigaciones realizadas por Angélica Zdunic, quien se basó en el Sistema Comprehensivo creado por John Exner. Así, obtuvo criterios claros para realizar la evaluación e interpretar sus datos en Argentina. Sin embargo, una desventaja del test es que al ser mucho más breve que el test de Rorschach, entrega menos información.
Durante el test, el evaluador pregunta al evaluado por lo que ve en las 3 láminas presentadas, indicando que no hay respuestas buenas ni malas, y que puede girar la lámina o tomarla a su gusto para responder. De estas láminas, la primera de ellas se denomina el enfrentamiento a situaciones nuevas o adaptación, la cual presenta tonos grises y oscuros, pudiendo generar un shock al claro-oscuro. La segunda lámina evalúa los aspectos afectivos y el enfrentamiento a situaciones críticas o situaciones de mucha presión. Esta lámina contiene colores rojo, blanco, naranja y azul o verde oscuro. Debido a esto es que puede generar shock al color. Y la tercera lámina evalúa las relaciones interpersonales, en la cual se observan los colores negro oscuro, gris negruzco y rojo. Frecuentemente provoca respuestas de movimiento y da origen a respuestas globales.
Durante el período de respuestas por parte de la persona evaluada, se recomienda adoptar una denominada responsabilidad pasiva, en la que el evaluador tome nota y ponga atención de todos los aspectos mencionados por los sujetos. Se recomienda también anotar literalmente las respuestas de la persona evaluada para generar un análisis más completo, incluyendo no tan sólo la expresión verbal, sino que también la expresión no verbal.
Para su codificación, el sistema más utilizado es el Sistema Comprehensivo de Exner, que permite una evaluación completa de la personalidad y reduce la subjetividad hasta el punto de eliminarla. La clasificación se realiza según localización (en qué parte de la lámina percibe el objeto), calidad evolutiva (nivel de concreción y de utilización de las distintas partes de la lámina, y nos alerta acerca del tipo de pensamiento), determinantes (aspectos que contribuyeron a ver el objeto) y contenidos (naturaleza a la que pertenece lo observado). Este sistema busca realizar un análisis global de la persona evaluada, considerando todos los aspectos observados en la aplicación, incluyendo desde las respuestas verbales hasta los gestos, el tiempo de respuesta, el contenido, entre otros.
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Autor Artículo
María José Campos Diocaretz, Psicóloga UDD, Chile – Bachelor of Psychological Science, Universidad de Newcastle, NSW, Australia.
Referencias