La psicopatía ha adquirido especial relevancia en los últimos años, particularmente en países como Chile, en donde los niveles de conductas delictivas en la juventud han aumentado en las últimas décadas. En base a aquello, el Estado de Chile promulgó la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil en el año 2007, en donde las instituciones nacionales han debido implementar diversos procedimientos que se adapten a establecer la responsabilidad correspondiente a los adolescentes. Asimismo, la psicopatía en la adultez se relaciona con violencia, con dificultades en el tratamiento, con actos delictivos y con una frialdad emocional. Es por ello que la escala desarrollada por Robert Hare para medir psicopatía ha sido altamente aceptada por la comunidad científica y actualmente ha sido traducida a diversos idiomas, siendo a su vez validada y estandarizada por muchos países.

Un aporte importante fue el realizado por Daniela Zúñiga, Eugenia Vinet y Elizabeth León en la Universidad de la Frontera, en donde se determinaron las características psicométricas del Psychopathy Checklist, la versión para jóvenes de la escala PCL (PCL: YV) en adolescentes chilenos. El estudio se realizó con una muestra de 30 adolescentes infractores de ley, de entre 12 a 17 años que participaron voluntariamente en el estudio. La escala PCL: YV para adolescentes fue contrastada con la información obtenida en una entrevista para medir las propiedades psicométricas del instrumento. Los resultados demuestran una alta consistencia interna, una correlación positiva entre ítems de las escalas MACI y el PCL: YV, sin embargo, el estudio permite diferenciar, en base a los resultados, la diferencia entre los conceptos de Trastorno de Personalidad y Psicopatía, en donde la forma de vincularse y la afectividad son aspectos esenciales. Esta investigación, por lo tanto, permite diseñar intervenciones adecuadas e individualizadas que consideren esta etapa del desarrollo.

     Robert Hare

Elizabeth León-Mayer, Domingo Asún-Salazar y Jorge Óscar Folino realizaron una descripción multidimensional de la población carcelaria chilena el año 2014. Para ello, utilizaron en conjunto la escala PCL-R y la Guía de Evaluación de Riesgo de Reincidencia Violenta; HCR-20. Se evaluaron 209 sujetos del Centro de Cumplimiento Penal de la V Región, utilizando también entrevistas video-registradas para complementar la información obtenida mediante los instrumentos mencionados. Los resultados indican que la prevalencia de trastorno de personalidad antisocial fue de un 67% y la de psicopatía de un 13%. La historia de violencia previa y el abuso de sustancias son factores de riesgo de violencia, mientras que la impulsividad es el factor de riesgo de violencia principal dentro de los factores clínicos. Este estudio permite aportar a intervenciones destinadas a reducir la violencia y a la consolidación de programas que fortalezcan los vínculos familiares.

Otro aporte bastante relevante realizado por los mismos autores, fue una investigación en la que se evaluó la escala PCL-R según sus aspectos de confiabilidad y validez en población forense masculina chilena. La muestra fue constituida por 293 sujetos judicializados y condenados que se encontraban en Centros de Cumplimiento Penal. El instrumento fue traducido del inglés por una autora que contaba con la autorización de Robert Hare. Se encontró una alta consistencia interna con un valor de 0,91 obtenido en el total de los ítems. Además, el valor de la validez de criterio externo fue también alto y estadísticamente significativo, logrando así obtener una congruencia del instrumento. Sin embargo, pese a que la escala puede utilizarse para evaluar a población con antecedentes judiciales, se recomienda que se realicen nuevos estudios para evaluar la validez predictiva y concurrente.

Finalmente, un aporte fue el realizado por Jay P. Singh, Carolina Condemarín y Jorge O. Folino publicado en la Revista de Criminalidad el año 2013. El artículo tuvo como objetivo describir los instrumentos de evaluación de riesgo de violencia utilizados en Chile y en Argentina y las características que tiene dicha práctica en ambos países. El estudio se realizó mediante una encuesta en la web a profesionales del ámbito de la salud mental en listas nacionales e internacionales de 17 países durante el año 2012. Los resultados indican que el 78% de los psiquiatras, el 93% de los psicólogos y el 100% de trabajadores sociales utilizaron instrumentos para evaluar rasgos de violencia y los consideraron altamente útiles. Los instrumentos más utilizados fueron las escalas PCL-R, PCL-SV y HCR-20.

Referencias